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Ladrillo visto antiguo en las oficinas modernas

 Cómo el ladrillo antiguo ha encontrado su lugar en la arquitectura moderna

El ladrillo es uno de los materiales de construcción más antiguos que aún siguen en uso en la arquitectura de edificios. Aunque ha ido evolucionando hasta hacer la pieza cada vez más resistente y ligera, los ladrillos modernos no tienen, qué duda cabe, el encanto de los antiguos. O al menos eso nos parece ahora; quizás en cien años, esos bloques de ladrillo que hoy vemos con indiferencia serán admirados con la misma fascinación que ahora vemos una pared de ladrillo antiguo. En este post queremos centrarnos en el ladrillo antiguo como elemento decorativo y lo maravillosamente bien que encaja en el concepto de las oficinas modernas, que rescatan elementos antiguos y los devuelven a entornos híper modernizados, creando un efecto de choque sumamente interesante.

Edificio proyectado por el arquitecto Tomás Gómez-Acebo en 1905, ubicado en la calle Velázquez 63, un ejemplo del estilo neomudéjar, con profusa utilización de ladrillo visto y cerámica esmaltada.

Un poco de historia…

El ladrillo es un material 100% ecológico, reciclable, recuperable y reutilizable. Su materia prima, la arcilla, es un compuesto de minerales que se moldea en una sola pieza y se hornea. El antecedente al ladrillo actual es el ladrillo de adobe, una pieza compacta realizada también a base de arcilla, arena y paja o desechos orgánicos de animales, secada al sol. En su evolución, el ladrillo incorporó el horneado para hacerlo más resistente a la intemperie. La utilización del ladrillo está datada desde hace 10.000 años (la pieza más antigua fue hallada en Jericó, Mesopotamia), y hay constancia de que fue utilizada por egipcios, chinos, romanos, sumerios o persas, así como en el Imperio Bizantino y en el Renacimiento, muchas veces, recubiertos de teselas vidriadas o losas de mármol. En cualquier época histórica encontramos extraordinarios ejemplos arquitectónicos realizados con ladrillo, pero fue durante la era industrial, a finales del XIX, cuando la producción de ladrillo eclosionó gracias a los hornos Hoffmann, que permitían la producción en serie.

ladrillo visto antiguo

Ya entrados en el siglo XX, se introdujo el ladrillo hueco, con orificios en su interior, lo que permitía reducir el material y el peso del ladrillo. De esta manera, los muros aguantan menos peso, se ahorra material, se facilitaba su colocación y aíslan mejor la pared. A pesar de ser un material popular y humilde, se sigue utilizando en las construcciones moderna, como lo demuestra esta imagen de la sorprendente Iglesia de Cristo Obrero, realizada por ingeniero uruguayo Eladio Dieste, hoy Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Ladrillo visto antiguo

Los edificios industriales

A partir de los años 80 y 90 del siglo pasado, se descubrió un filón urbanístico en los edificios industriales de ladrillo que estaban en desuso (fábricas, almacenes, talleres, depósitos, etc.). Espacios diáfanos, con grandes ventanales, luz a raudales, estructuras de hierro… y por supuesto, muros de fachada y tabiques de ladrillo visto embellecido por la pátina del tiempo. Todo este continente en crudo permitía realizar reformas extraordinarias a partir de elementos originales que dotaban a los espacios de gran valor arquitectónico: lofts, tiendas, oficinas… Los edificios industriales se convirtieron en nueva joya arquitectónica del patrimonio arquitectónico de las ciudades.

oficinas con ladrillo visto

El estilo neoindustrial

Así fue cómo las cotizadísimas paredes de ladrillo se alinearon a otros elementos que dieron como resultado el resurgimiento de un estilo neoindustrial que causó furor, y que aún se mantiene en alza. Estos otros elementos fueron, por orden de importancia, las superficies de cemento (y sus variantes en microcemento o cemento pulido), las estructuras de hierro y metales oscuros y el cuero para los asientos (en especial, el sofá chester). La combinación de todos estos ingredientes podría resultar fría y dura, pero gracias a los grandes ventanales de estas edificaciones, que inundaban de luz natural el espacio, el conjunto no solo se salvaba sino que adquiría un nuevo aspecto entre grandioso, decadente e informal.

Ladrillo visto antiguo

Tradición y modernidad

El estilo neoindustrial no ha sido la única fórmula decorativa que ha logrado poner en alza la belleza del ladrillo visto. El diseño de las oficinas modernas ha sabido integrarlo a proyectos mucho más vanguardistas y rompedores, combinando con otros materiales como el cristal de color retroiluminado, planchas perforadas, materiales acústicos y moquetas continuas.  El resultado son espacios que navegan entre el pasado y el presente, entre la modernidad y la tradición… haciendo que el visitante transite por el túnel del tiempo casi sin darse cuenta.

Ladrillo visto antiguo

Recuperación del ladrillo visto antiguo

En algunos casos, los arquitectos e interioristas necesitan ampliar las superficies de ladrillo a otras zonas con el fin de mantener la coherencia estética de su proyecto. Para solventarlo, suelen acudir a materiales de derribo para conseguir ladrillo macizo similar al ya existente. Conseguir ladrillo antiguo no es fácil, pero tampoco imposible. Lo que sí es importante es que el comprador se asegure de que el ladrillo proviene de un derribo autorizado, y no de un expolio, y que ese material se puede reutilizar legalmente.

El falso ladrillo visto

Otra opción es utilizar chapa que imita ladrillo, como el de la imagen. Hay multitud de opciones (placas, papel pintado, molduras de poliuretano…) que si bien a la vista, e incluso al tacto, pueden dar el pego, nunca alcanzan la belleza auténtica del ladrillo visto antiguo. Hace unos años, en pleno furor del ladrillo visto en interiores, se utilizó hasta la saciedad este recurso que hoy, afortunadamente, ha caído en desuso.

Ladrillo visto antiguo

Paredes de ladrillo visto pintadas

En ocasiones, podemos encontrar el ladrillo original pintado de blanco (u otro color, pero el blanco es más frecuente). Es una opción muy válida si el ladrillo no está en buenas condiciones o no es de muy buena calidad. La pintura blanca funciona como un protector y sanea la superficie, ofreciendo un aspecto uniforme y aséptico, pero manteniendo la textura y dibujo del muro.

Ladrillo visto antiguo

Ladrillos amarillos

No todos los muros de ladrillo son rojizos, como solemos tener en España. Al estar realizados de arcilla, según la procedencia, puede tener diferentes tonalidades, que van del amarillo claro al gris. Además, como es un material orgánico, con el paso de los años su color va variando de forma no homogénea, lo que le da un aspecto aún más bello. Y un último apunte: si durante una reforma se descubre una pared de ladrillo tras la capa de mampostería, es necesario consultar con un arquitecto o aparejador para saber si es posible sacar a la luz todo el muro de ladrillo. Muchas veces los recubrimientos sirven también para fortalecer los muros de ladrillo, y si se “pelan”, puede ocasionar problemas serios en la estructura de sujeción. 

Fotos: OfficeSnapShots

Fotos: Limobel Inwo y  OfficeSnapShot

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