Berlín acoge esta oficina ultra moderna y minimalista, que ha diseñado PLY Atelier para la empresa de arquitectura, ingeniería y consultoría Ramboll, haciendo un justo equilibrio entre los espacios socialess y las áreas de trabajo, con el fin de ofrecer diversos entornos para que los empleados puedan elegir a la hora de innovar y crear.
Este espacio industrial, de 1.400 m2, está distribuido en dos plantas independientes, conectadas por unas escaleras, lo que permitió crear dos niveles con espacios tanto para el trabajo en común como para las tareas de concentración, así como una zona flexible donde se realizan gran variedad de talleres y eventos.
Minimal, industrial y brutalista
Atelier PLY logró crear una estética muy minimalista, con un punto industrial brutalista, dejando a la vista elementos originales del edificio, como las paredes de concreto, el ladrillo y las bovedillas del techo. Precisamente, para disimular la gran altura de suelo a techo, se colocaron unas estructuras semicurvas que ayudan también a mejorar la acústica de la sala.
Llama especialmente la atención el sistema de mesas ancladas a un elemento central con ranuras que permiten deslizarlas, unirlas o separarlas, dependiendo de las necesidades.
Primera planta
En la primera planta se creó una zona de trabajo con puestos fijos y flexibles y salas de reuniones distribuidas por todo el espacio, así como cabinas telefónicas de distintos tamaños.
A lo largo de la fachada con los grandes ventanales, se alternan zonas pequeñas con otras más grandes para la realización de diferentes tareas, pero siempre en un espacio abierto: multipuestos, bancos para 4 y 6 personas, puestos de trabajo silenciosos con cerramientos fonoabsorbentes y mesas flexibles.
Organización en cubos
Las salas de reuniones y las cabinas telefónicas distribuidas por la planta se alojan en cuatro grandes cubos, de los cuales los dos centrales, con recubrimiento de metal extendido, están completamente cerrados y son acústicamente eficientes.
Los cuatro cubos de la zona central y las dos salas adosadas a la fachada dividen todo el espacio en zonas de trabajo de distintos tamaños.
Vista opuesta a la zona de las mesas móviles, donde se colocaron puestos de trabajo fijoss en mesas compartidas de cuatro. Los cubos, a la izquierda, separan ambas zonas, que cuentan con amplios ventanales a fachada.
Diferentes áreas de trabajo
Dentro de uno de los cubos, se colocaron otros seis puestos de trabajo silenciosos. En esta sala se instaló material fonoabssorbente en pared y techo, así como en los separadores de los puestos de trabajo, que de este modo también quedan visualmente separados entre sí.
Los armarios guardarropa, las taquillas y el espacio de almacenamiento están integrados en los elementos del espacio (por ejemplo, las estanterías en nichos que están los cubos centrales) o adosados a la pared en las zonas comunes.
Planta baja
En la planta baja, con acceso directo desde el exterior, se encuentra la zona de recepción, varias zonas de asientos, dos grandes mostradores de cocina, puestos de trabajo flexibles, salas de reuniones grandes y pequeñas, y la amplia zona de talleres separable de forma flexible.
Sala de talleres flexible
La zona de talleres es un amplio espacio con cortinas que ayudan tanto a oscurecer la zona para proyecciones como a aislarlo del resto de la oficina. El pavimento continuo de cemento pulido ayuda a homogeneizar y unir todas las áreas, ya sean sociales o de trabajo. En esta planta, los toques de color rojo calientan el espacio, combinados con el omnipresente gris y con el tono cálido de la madera de pino, presente en las bancadas.
Y por supuesto, plantas
La clave de este espacio, que a priori puede parecer excesivamente frío y poco hospitalario, está en la presencia salpicada de grandes masas vegetales, como el muro vertical en la zona de la cocina, o los elementos divisorios de madera, que hacen de grandes maceteros.