Un objeto de deseo
Para muchos interioristas, arquitectos y diseñadores modernos, la silla Whishbone, de Hans J. Wegner, es el epítome de la perfección del diseño contemporáneo. Desde luego, para los daneses, está en el Olimpo de su diseño patrio, junto a las piezas icónicas de Arne Jacobsen (como la silla Egg, que analizamos hace unas semanas) o de Verner Panton. Lo cierto es que esta hermosa silla, que se distingue por su factura impecable y extrema comodidad, sigue siendo hoy un objeto de deseo en el mundo del interiorismo.
El germen del éxito
En 1949 Wegner diseñó su primera silla para la editora danesa Carl Hansen & Son (de ahí, su nombre original CH24), en busca de un asiento ligero que reemplazara las pesadas sillas tapizadas que eran populares en aquella época.
Pertenecía a una colección de cuatro “sillas chinas” que Werner había diseñado para la casa danesa, inspiradas en los tronos de la dinastía Ming, de diseño minimalista, con un asiento ancho y un respaldo alto.
En un principio, en Hansen & Son no estaban muy convencidos con el resultado, pues más parecían sillas de jardín y, además, tenían un alto coste de producción. No obstante, finalmente en 1950 se inició su fabricación siguiendo la idea original y, hoy, 74 años después, se siguen manufacturando de la misma manera artesanal.
Sin embargo, el éxito no fue inmediato, ya que el diseño no encajaba en una casa de los años 50, pues se consideraba un diseño demasiado “ligero” para una silla que requería más solemnidad para los comedores. Sorpresivamente, la silla obtuvo un enorme éxito en Japón, donde sí se ajustaba a sus interiorismo minimalistas. También tuvo una cálida acogida en California y pronto se ganó el favor de los alemanes. En pocos años, los daneses también se animaron y adoptaron una silla que se convirtió en un sello distintivo del modernismo danés en todo el mundo.
Proceso de fabricación artesanal
Sin duda, la esencia de la silla Wishbone viene dada por su minucioso proceso de fabricación artesanal. Está formada por 14 componentes separados, que requieren 100 procesos individuales, casi todos realizados a mano, para cincelar, tallar, lijar y dar forma, lo que añade casi tres semanas de tiempo de preparación antes de que la silla pueda siquiera empezar a ensamblarse.
Sólo el asiento, tejido a mano, lleva una hora de trabajo a un artesano experto, que utiliza aproximadamente 120 metros de cuerda de papel encerada, cuya impresionante durabilidad y estabilidad hacen que la silla sea fuerte y duradera, con un ciclo de vida de aproximadamente 50 años.
Al diseñar la CH24, Wegner optó por combinar el respaldo y el reposabrazos en una sola pieza. Para dar estabilidad a la parte superior curvada al vapor y garantizar un apoyo cómodo, Wegner desarrolló el característico respaldo en forma de Y que da nombre a la silla Wishbone. Wegner fue primero ebanista, y su experiencia con la carpintería y el funcionamiento de la madera se hace evidente en cada pieza, que están diseñadas para encajar en su sitio sin necesidad de herrajes: sólo un poco de pegamento y una excelente ingeniería hacen que estas sillas duren décadas.
Un estilo atemporal
La silla está diseñada de forma que resulte ligera y visualmente atractiva por su forma orgánica, además de ofrecer una comodidad y estabilidad excepcionales. Tiene un aspecto moderno y clásico a la vez, y gracias a la variedad de colores y acabados de la madera, permite incorporarla en muchos estilos de decoración. Aunque se asocia más a menudo con el look minimalista escandinavo, el asiento tejido a mano y el armazón de madera permiten que la silla aporte al espacio un toque boho, además de costero o industrial.
Fabricación actual
La silla Wishbone se fabrica en varios tipos de madera y acabados, y cuenta en la actualidad con 33 versiones. El fresno, el haya y el roble se cultivan principalmente en Dinamarca bajo estrictas normas nacionales e internacionales que preservan la salud de los bosques y contribuyen a los esfuerzos de reforestación. El cerezo y el nogal americano se importa de Estados Unidos y también están sujetos a leyes similares.
A mediados de la década de 1990, Carl Hansen & Son aumentó la altura del asiento de la silla en 2 cm para adaptarse el aumento de estatura del mercado europeo y estadounidense. La silla en sus dimensiones originales se sigue fabricando y vendiendo en Asia.
Cada año, Carl Hansen & Son lanza una edición limitada de la silla con motivo del cumpleaños de Wegner. En 2018, lanzaron una de madera de roble oscuro. En 2019, lanzaron una versión con asiento de cuero. En 2020, editaron la silla en azul marino.
Para celebrar los más de 70 años de colaboración de Hans J. Wegner con Carl Hansen & Son, la empresa colaboró con la diseñadora londinense Ilse Crawford para incluir la silla Wishbone en nueve nuevos colores.
Sobre Hans J. Wegner
Hijo de un zapatero, Wegner nació en 1914 en Tønder, una ciudad del sur de Dinamarca. Comenzó su aprendizaje con el maestro ebanista danés H. F. Stahlberg cuando sólo tenía 14 años. Más tarde se trasladó a Copenhague y asistió a la Escuela de Artes y Oficios de 1936 a 1938, antes de establecerse como diseñador de muebles.
En 1938, los arquitectos y diseñadores Arne Jacobsen y Erik Møller se pusieron en contacto con Wegner y empezaron a diseñar muebles para el nuevo Ayuntamiento de Aarhus. En la misma época, Wegner empezó a colaborar con el maestro ebanista Johannes Hansen, que fue una fuerza motriz para dar a conocer el nuevo diseño de muebles al público danés en las Exposiciones del Gremio de Ebanistas de Copenhague.
Wegner fundó su propio estudio de diseño en 1943 y creó una serie de sillas ligeras para Carl Hansen & Son desde 1949 hasta 1968. Recibió numerosos premios y distinciones a lo largo de su vida, y casi todos los grandes museos de diseño del mundo, desde el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Designmuseum Danmark de Copenhague hasta Die Neue Sammlung de Múnich, exponen sus obras. Hans J. Wegner murió en Dinamarca en enero de 2007, a los 92 años.
La obsesión de Wegner fue siempre tratar de mostrar el alma interior de los muebles a través de un exterior sencillo y funcional. La formación de Wegner como ebanista le proporcionó un profundo conocimiento de cómo integrar técnicas de ebanistería exigentes con formas exquisitas. Su estética también se basaba en un profundo respeto por la madera y sus características, y una gran curiosidad por otros materiales naturales que le permitieron aportar una suavidad orgánica y natural al minimalismo formalista.
Wegner, posiblemente el maestro del diseño danés de sillas, cuenta con la asombrosa cifra de 500 diseños de sillas a sus espaldas. Dedicó su vida y su carrera a crear la silla “perfecta”. Con la silla Wishbone, estuvo más cerca que nunca de conseguirlo, con un diseño que es reconocido, apreciado e imitado en todo el mundo.
Imágenes de Carl Hansen & Son