Lejos de lo que se cree, las obras de arte encuentran en los espacios de oficinas un excelente entorno que pone en valor no solo el trabajo artístico, sino la imagen de la empresa. Ya sea obra gráfica, pintura, escultura o fotografía, muchos espacios laborales ofrecen el ambiente perfecto para su exhibición.
Son diversas las razones que justifican y favorecen la introducción de obras de arte en oficinas. Veamos algunas de ellas:
La empresa como coleccionista de arte
Bien es sabido que el coleccionismo de arte es una de las inversiones más seguras y rentables. Tener un capital en obras de arte puede generar mayor tranquilidad que tenerlo en inversiones menos estables.
El mercado del arte, en general, es un activo independiente y, en cierta manera, es una moneda neutral. Esto significa que el mercado del arte no está ligado a la bolsa de valores ni a la economía de una nación en específico. El mercado del arte puede tener la capacidad de controlar su oferta y demanda por sí misma, ya que se regula por sí mismo.
Cuando hay más oferta que demanda en los mercados y se genera un desequilibrio, los precios caen, pero el mercado del arte no se ve afectado. Por esta razón las empresas que se lo pueden permitir invierten en arte, un bien mueble que se revaloriza con los años y que, además, tiene una función que genera disfrute dentro de un espacio. El arte es una inversión que, mientras se deja quieta, genera gozo y enaltece un lugar.
Las oficinas como galerías de arte
Con una buena planificación, las oficinas se pueden convertir en espacios de arte, ya que tienen ciertas particularidades que las hacen especialmente adecuadas. Una de las principales es que cuentan con amplias superficies de paredes, perfectas para la exposición de obras de arte. En lugar de llenar estos espacios vacíos con elementos sin mayor valor, las empresas que tienen una colección de arte interesante utilizan sus propias oficinas para exponerla. Así, no solo aportan un nivel artístico a la decoración, sino que convierten el espacio laboral en una galería de arte.
En estos casos, se utiliza misma seguridad de las oficinas (alarmas y personal especializado) para preservar y asegurar también el contenido artístico que hay dentro.
Potenciar la identidad de marca
El arte seleccionado cuidadosamente puede reflejar los valores y la identidad de la empresa. Esto puede ayudar a reforzar la cultura corporativa y a transmitir mensajes positivos tanto a los empleados como a los visitantes.
Al igual que la elección cuidada del mobiliario, la elección de las obras de arte en una oficina manifiesta una actitud empresarial que connota sensibilidad, cultura y pasión por la creatividad y las bellas artes, cualidades por sí misma valoradas positivamente para la comunidad de trabajadores.
Una oficina bien decorada con obras de arte puede ser un factor atractivo para los talentos potenciales y puede ayudar a retener a los empleados existentes. Demuestra que la empresa valora el entorno de trabajo y se preocupa por el bienestar de sus empleados.
El mecenazgo empresarial
El coleccionismo de arte dentro de una empresa, independientemente de la actividad que desarrolle, suele derivar en un mecenazgo de las artes. Así, la empresa no solo colecciona obra de manera pasiva, sino que tiene una acción positiva en el entorno, apoyando a nuevos talentos e iniciativas que estimulan el entorno de sus trabajadores o fuera de la comunidad.
Un buen ejemplo es el de el despacho de abogados Lake|Flato, en San Antonio (EEUU), que han desarrollado un programa de exposiciones artísticas rotativas ofreciendo así oportunidades para que el arte y la arquitectura entablen un diálogo directo (en la imagen). A través de este programa exhibe a artistas regionales y abre sus puertas al público, reuniendo a la comunidad para charlas y visitas de artistas que celebran las diversas voces de la comunidad artística de la región.
De esta manera, la oficina es un destino para eventos comunitarios y educativos, que contribuye a la rica cultura de la ciudad, sirviendo como destino para la conexión social, el desarrollo profesional y la administración.
Estímulo visual y creativo
Las obras de arte estimulan la creatividad y la inspiración entre los empleados. Ver piezas artísticas propicia nuevas ideas y perspectivas, lo que es especialmente útil en entornos que requieren innovación y resolución de problemas.
Sin duda, las obras de arte hacen que el ambiente de trabajo sea más agradable y estimulante, ya que ayudan a crear un entorno más colaborativo.
Las obras de arte pueden servir como punto focal para conversaciones entre empleados y visitantes, fomentando así la interacción y el intercambio de ideas. Además, la contemplación de obras de arte ayuda a reducir el estrés y la ansiedad. Los espacios de trabajo a menudo pueden ser estresantes, pero tener arte en la oficina puede proporcionar un ambiente más relajado y agradable.
El arte abstracto y la activación cerebral
Al hilo de lo anterior, recordamos aquí un post de hace unos meses donde hablamos de la neuroaquitectura y los nuevos enfoques de investigación neurocientífica.
Entre otros muchos descubrimientos, la neurociencia ha demostrado que un sujeto, al exponerse a una obra contemporánea de carácter abstracto, que no tiene correspondencia con ninguna otra imagen conocida que podamos identificar, hace que nuestro cerebro se active, ya que se establecen nuevas relaciones neuronales y nuevos recorridos sinápticos activando partes del sistema nervioso que, en condiciones normales, no se hubieran activados entre sí.
En definitiva, las obras de arte deben salir de los grandes despachos ejecutivos para formar parte integral del diseño de toda la oficina, ya sea en salas de reuniones, pasillos o áreas comunes, pues deben considerarse un beneficio compartido por todos los trabajadores.