¿Cómo son las oficinas de quienes las diseñan? Nos hemos hecho esta pregunta para indagar sobre los espacios laborales de aquellos que se encargan de diseñarlos. Aquí comienza una serie de publicaciones para comprobar si en ”casa de herrero, cuchillo de palo” o, por el contrario, los diseñadores y arquitectos de oficinas predican con el ejemplo de su propia oficina. Os adelantamos que, sin duda, predican con el ejemplo.
Nuestra primera parada es en las oficinas del estudio de interiorismo Susan Marinello, en Seattle, un elegante espacio de 1.500 metros cuadrados donde la interiorista despliega todas sus armas y buen gusto para crear ambientes sofisticados y luminosos, en clave del más puro estilo clásico-contemporáneo norteamericano.
Cuando el estudio celebraba su 25 aniversario en 2021, todavía había ecos de la pandemia, hecho que propició la necesidad de un cambio de ubicación. La antigua oficina estaba situada en un barrio que había perdido su brillo. Comenzó, así, la búsqueda de un nuevo espacio que volviera a acoger a la veintena de empleados que habían estado teletrabajando durante meses. El nuevo estudio tenía que estar en el corazón de la ciudad y contar con abundante luz natural: un loft abierto, bañado de luz, que se convirtió en un espacio lleno de antigüedades, arte y música.
El lugar elegido fue el Alaska Trade Building, un lugar histórico situado en el barrio de Pike Place Market, ofrecía un espacio así. El edificio, de 1909, está construido en su totalidad de hormigón armado. Fue el primer edificio ignífugo de su clase en Seattle de principios de siglo.
La transformación comenzó con el vaciado completo del espacio, de 1.500 metros cuadrados, para empezar de cero y establecer una nueva estética. La planificación y la construcción duraron cinco meses. Equilibrar la visión y el presupuesto con la realidad de los retrasos en la cadena de suministro por la pandemia representó también todo un reto.
Las Oficinas de Susan Marinello: Diseño y Elegancia en Seattle
El resultado es un ambiente interior con mucha luz natural y arte, que fomenta la creatividad, el bienestar y la alegría. Esa mezcla de emociones y diseño se transmite en la entrada, que cuenta con una mesa de refectorio jacobea procedente de Inglaterra, una lámpara de arco cromada de los años setenta, una alfombra vintage Oushak, con aspecto desteñido, y una bola de espejo como las de las discotecas.
La oficina diáfana está decorada en tonos blancos, que refuerzan el ambiente de tranquilidad que busca tanto transmitir su carácter apacible y fomentar el proceso creativo como ser un lienzo en blanco para exhibir arte y piezas de mobiliario.
El gran espacio de forma rectangular termina en la sala de conferencias y la biblioteca, que ofrece vistas a la bahía de Elliott y a las montañas. De esta manera, las oficinas de Susan Marinello funcionan como muestra de su estilo, diseño y manufactura, pero también descubren lo mejor de Seattle y por qué es una de las ciudades de Estados Unidos más agradables para vivir.
En la biblioteca, Ethel (la mascota de la oficina) está sentada en una butaca orejera vintage, entre sillones midcentury y una lámpara antigua de cristal. A la derecha, una obra de Matthew Wetschler cuelga sobre un carrito de bar vintage procedente de Suecia.
En definitiva, la nueva oficina del estudio de interiorismo de Susan Marinello celebra lo mejor de la ciudad: las icónicas construcciones de principio de siglo, las impresionantes vistas de la bahía y la elegancia de los interiores clásicos atemporales norteamericanos. La ubicación ha transformado el espíritu del estudio, proporcionando una fuente constante de inspiración tanto para el trabajo del estudio como para la forma en que los empleados perciben su trabajo.
En palabras de la interiorista: “Desde nuestros inicios, nuestra filosofía siempre ha sido mejorar la calidad de vida. En colaboración con arquitectos y artesanos de renombre de todo el mundo, nuestros espacios son famosos por transformar el estado de ánimo y la mentalidad, mejorando la forma en que vive, trabaja y se siente la gente”.