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Las oficinas de la editorial Suhrkamp en Berlín

Cuando el libro es el protagonista

Cuando una empresa utiliza su producto como eje principal de sus oficinas, el resultado es sencillamente brillante. Este es el caso de las oficinas de la editorial Suhrkamp Verlag en Berlín, donde el equipo de Kinzo no sólo logró albegar los miles de volúmenes y colecciones de la editorial, sino que los ha utilizado como hilo argumental y estructural del proyecto.

Oficinas de una editorialOficinas de una editorial

Los libros dan la bienvenida

Suhrkamp Verlag se embarcó en la búsqueda de un concepto espacial que reflejara la identidad de la editorial. El proyecto exigía una solución a medida que fuera sencilla y elegante con un presupuesto reducido y que, aunque de menor tamaño que la oficina anterior, diera cabida a 135 empleados.

Desde la entrada a las oficinas, de 7.500 m2, distribuidas en seis plantas, se transmite una contundente declaración de intenciones: ”aquí hacemos libros”.  

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Estanterías por tabiques

El concepto básico fue realizar una distribución que descansara sobre volúmenes apilados de varias alturas, que sustituyeran paredes y columnas. De este modo alegórico, los libros debían formar la estructura de soporte y, al mismo tiempo, ser el instrumento de trabajo diario. En consecuencia, había que construir muchas estanterías, que debían llenar casi todos los espacios libres de las paredes y, al mismo tiempo, sustituirlas. Pero el reto era enorme: ¿cómo conseguir espacio suficiente para albergar tal cantidad de libros? Un nuevo concepto para todo el plano del edificio proporcionó la respuesta: Kinzo dividió la planta y dejó que las paredes serpentearan por los 6 pisos del edificio en forma de zigzag, como si fuese una fachada interior.

Oficinas de una editorial

Salas entre los libros

Esta idea no solo proporcionó más espacio en las paredes y, por tanto, suficientes estanterías, sino que al mismo tiempo optimizó la superficie de las salas y creó pequeños nichos, utilizables por todos los empleados como salas de retiro para reuniones espontáneas, islas de comunicación, grupos de reflexión o cabinas telefónicas.

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Salas de edición

Además de los libros, los empleados y sus funciones también ocupan un papel protagonista. Kinzo respondió a todas las necesidades espaciales de los trabajadores, incluidos los editores, con una oferta heterogénea que también se refleja en la planta. Al principio, fue un gran reto dar cabida a todas las salas de edición deseadas. Desde el principio quedó claro que las salas para los redactores tenían que ser lo más pequeñas y eficientes posible. El resultado son salas con una media de 9 m2 que se caracterizan por ventanas hasta el suelo que dejan entrar mucha luz natural. En lugar de parecer confinadas, las salas transmiten una sensación de seguridad y concentración. La puerta de cada sala de montaje está diseñada para que, al abrirse, quede enrasada con la estantería y casi parezca desaparecer en ella. Esto permite que la sala se abra al espacio abierto adyacente de la gran oficina y se convierta en su prolongación.

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Areas de trabajo abiertas

La amplia zona común de la oficina sirve de contrapeso a las salas pequeñas, además de permitir que los compañeros tengan contacto visual cuando las puertas están abiertas. Los demás puestos de trabajo se reúnen en las zonas abiertas, que cuentan con cocinas y salas de conferencias en el lado angular del edificio. Se caracterizan por ser espacios agradables y con vistas a través de grandes ventanales.

Una de las salas de conferencias dispone de mobiliario con ruedas, por lo que la sala puede reutilizarse según las necesidades. Una gran pantalla oculta una pizarra blanca hecha a medida, que puede abrirse o cerrarse según las necesidades.

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La escalera narrativa

Las salas de conferencias y las cocinas y, por tanto, las plantas están conectadas internamente mediante la llamada “escalera narrativa”, que va desde la primera planta en ángulo oblicuo hasta la sexta.

La escalera recibe su nombre por su impresionante estantería lateral, que sigue el curso empinado de la escalera como un hilo narrativo. Las baldas de roble van en consonancia con la madera de los peldaños.

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Color y materiales

El concepto cromático de los los libros, sello de identidad de la editorial, está equilibrado con los materiales y el mobiliario. Para armonizar el vivo colorido de los miles de lomos de libros, se escogieron colores sosegados y neutros. Todos los muebles empotrados y tapizados son de color azul oscuro, mientras que los muebles sueltos retoman los colores primarios, y aquí y allá acentúan la moqueta moteada en gris y blanco de las oficinas. Ésta, a su vez, se integra armoniosamente en el esquema cromático del gris rugoso de los techos de hormigón visto con encofrados a la vista, el elegante blanco de las estanterías y el gris minimalista de las balaustradas y los plafones. Las persianas enrollables, también en gris, completan el concepto.

Aunque se utilizaron materiales y productos de gran calidad y hubo que fabricar muchos accesorios a medida, las soluciones siguieron siendo rentables y se ajustaron al presupuesto. Con su trabajo, Kinzo ha demostrado su experiencia en el diseño de interiores de oficinas, que ha ido creciendo con los años, y al mismo tiempo ha abierto nuevas puertas al satisfacer los requisitos y necesidades de una editorial tradicional, una institución de alta cultura.

Fotos: Sebastian Dörken y Schnepp Renou vía SnapShotOffice

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