Seguro que muchos conoceréis emblemáticas piezas de este artista y diseñador estadounidense de origen japonés como, por ejemplo, su Coffee table o sus archifamosas lámparas de papel Akari, ampliamente reproducidas y copiadas a lo largo de la última mitad del siglo XX.
Noguchi fue más reconocido en el ámbito artístico que en el diseño industrial. Ante todo, fue un escultor, y así concibió sus piezas de mobiliario, no tanto como diseños funcionales destinados al uso doméstico, sino como esculturas en sí mismas.
Isamu Noguchi: un artista prolífico
De hecho, Isamu Noguchi fue uno de los escultores más importantes y aclamados del siglo XX. Pero también fue muy prolífico e indagó en muchas otras áreas. A lo largo de toda una vida de experimentación artística, creó esculturas, jardines, muebles y diseños de iluminación, cerámica, arquitectura, paisajes y escenografías. Incluso, vestuarios para los vanguardistas ballets de Martha Graham. Su obra, a la vez sutil y audaz, tradicional y moderna, marcó un nuevo hito en la reintegración de las artes.
Isamu Noguchi nació en Los Ángeles en 1904; su padre fue el poeta japonés Yone Noguchi y su madre, la escritora estadounidense Leonie Gilmour. De ahí su vertiente artística y su arraigado conocimiento de las artes niponas. «Mi padre durante mucho tiempo fue conocido porque su poesía tendía un puente entre Oriente y Occidente. Yo quiero hacer lo mismo a través de la escultura», decía.
El capturador de las formas orgánicas
Noguchi fue un incansable viajero, siempre en busca de inspiración, técnicas o materias con los que trabajar. Descubrió el impacto de las obras públicas a gran escala en México, la cerámica terrosa y los jardines tranquilos en Japón, las sutiles técnicas del pincel de tinta en China y la pureza del mármol en Italia. Incorporó todas estas impresiones a su obra, en la que utilizó una amplia gama de materiales, como acero inoxidable, mármol, hierro fundido, madera de balsa, bronce, chapa de aluminio, basalto, granito y agua.
Como escultor, sus intereses no se limitaban a los materiales y las formas; también le fascinaban los efectos espaciales y los diseños de interior. Noguchi deseaba que su arte tuviera una función tanto práctica como social y su estilo escultórico ejerció una dilatada influencia sobre el lenguaje del diseño orgánico de la década de 1950.
Coffee Table (1944)
Isamu Noguchi aplicó la estética biomórfica de sus esculturas en esta mesa de formas orgánicas. Quizá por ello Noguchi consideró esta pieza como su mejor diseño de mobiliario. Está compuesta por dos piezas de madera de fresno negro, arce o nogal, colocadas en ángulo recto, que ofrecen un soporte estable al grueso y resistente sobre de cristal.
“Partí de una idea en la que ya había trabajado sobre un lazo continuo de madera y lo corté en dos para que, girado en el centro, sirviera para sostener un tablero de cristal y así hacer una mesa”.
Prismatic Table (1957)
Con un diseño puramente geométrico, la Prismatic Table se inspira en las técnicas tradicionales japonesas del origami o plegado de papel. Esta mesa auxiliar consta de tres elementos de chapa de aluminio plegada con un acabado de pintura al polvo de gran calidad. Unidas, forman una mesa de tres patas con tablero hexagonal.
Isamu Noguchi diseñó las Prismatic Tables en diferentes combinaciones de color para que, al agruparse, formaran patrones caleidoscópicos. Ahora se produce en tres versiones, en las que las tres piezas presentan diferentes combinaciones de tonos grises tenues.
Lamparas Akari (1951)
En 1951, Isamu Noguchi visitó la ciudad de Gifu (Japón), conocida por su fabricación de faroles y paraguas con papel de corteza de morera y bambú. A partir de este viaje, Noguchi diseñó la primera de sus lámparas que se fabricaría con los métodos tradicionales de construcción de Gifu. Llamó a estas obras Akari, un término que significa luz como iluminación, pero que también implica la idea de ingravidez.
La fabricación de Akari en Japón en Ozeki & Co. desde 1951 sigue los métodos tradicionales de las linternas japonesas Gifu. Cada Akari se hace a mano, empezando por la fabricación de papel washi a partir de la corteza interior de la morera. Las cintas de bambú se extienden sobre esculturales formas de madera moldeada. El papel washi se corta en tiras y se pega a ambos lados de la estructura. Una vez que el pegamento se ha secado y la forma se ha fijado, se desmonta y retira la forma interna de madera. El resultado es una forma de papel resistente, que se puede plegar y embalar en plano para su transporte.
Con el cálido resplandor de la luz proyectada a través del papel hecho a mano sobre un marco de bambú, Isamu Noguchi utilizó materiales tradicionales japoneses para llevar el diseño moderno al hogar. Como la belleza de las hojas que caen y la flor del cerezo, escribió Noguchi, las Akari son «poéticas, efímeras y tentativas». Y le gustaba decir: «Todo lo que se necesita para empezar una casa es una habitación, un tatami y Akari».
Isamu Noguchi murió a los 84 años en Nueva York y aún seguía trabajando y manteniendo dos talleres, tanto en Nueva York como en Japón. Su prolífica obra se encuentra excelentemente bien catalogada y agrupada en su museo de Long Island (NY), donde se puede ahondar en el estudio de este gran artista, e incluso adquirir algunas de sus lámparas Akari. También Vitra edita estas tres piezas de coleccionista.
Fotos: Noguchi Museum