Existen multitud de investigaciones que avalan la necesidad de contar con luz natural en cualquier espacio cerrado, y en particular, en aquellos entornos donde pasamos muchas horas del día, como los laborales (oficinas), formativos (colegios y universidades) y curativos (hospitales y residencias).  

Los estudios han demostrado que la exposición adecuada a la luz natural en el entorno laboral mejora el rendimiento de los trabajadores e influye de manera significativa en su estado de ánimo, salud psicológica y bienestar general.

En los proyectos de interiorismo de las oficinas modernas, se buscan constantemente diferentes fórmulas para optimizar el flujo de la luz natural, a través de recursos arquitectónicos que permitan el paso de la luz de una estancia a otra. En estas imágenes que os mostramos veremos algunos de los recursos más utilizados y eficientes.

Beneficios de la luz natural en oficinas

De todos es sabido que la luz natural es una fuente de energía vital que regula muchos de los ritmos biológicos del cuerpo humano. Entre estos, el ritmo circadiano —el ciclo interno de 24 horas que regula el sueño, la vigilia, la temperatura corporal y otras funciones fisiológicas— es particularmente sensible a la luz. Cuando las personas están expuestas a luz natural durante el día, sus ritmos circadianos tienden a sincronizarse de forma más eficaz, lo que se traduce en un mejor descanso nocturno, mayor energía diurna ylo que redunda en su desempeño laboral diario.

Por el contrario, la exposición prolongada a iluminación artificial, especialmente en oficinas mal iluminadas, puede alterar estos ritmos, generando fatiga, somnolencia, irritabilidad y reducción en los niveles de concentración. La falta de luz natural también puede contribuir al trastorno afectivo estacional (TAE), una forma de depresión que se presenta comúnmente en los meses de invierno, cuando los días son más cortos.

La ubicación de los puestos de trabajo respecto de la dirección del sol es sumamente importante y requiere de un estudio previo que determine el curso del sol en las diferentes horas y meses del año. Por ejemplo, en líneas generales, en el hemisferio norte, la mejor orientación es hacia el sur, y en el hemisferio sur, es hacia el norte. En ambos casos, la luz natural es constante y suave durante todo el día, sin picos intensos de luz directa que deslumbren. Además, esta orientación disminuye la necesidad de climatización artificial.

La orientación al este (luz de mañana) es suave y energizante, perfecta para empezar la jornada laboral con ánimo. No obstante, puede haber deslumbramiento a primera hora, si las ventanas no cuentan con protección solar (cortinas, estores, screems o vidrio tratado). En climas cálidos, es normal que haya un aumento de temperatura desde las primeras horas del días.

Finalmente, la orientación hacia el oeste (la menos recomendada) proporciona una gran intensidad lumínica en la tarde, que puede provocar deslumbramiento, incomodidad térmica y aumento de la temperatura. Por esta razón, las oficinas requieren climatización y cristales con protección solar.

El acceso a luz natural ha demostrado ser un factor determinante en la productividad de los trabajadores. Un estudio realizado por el Instituto Estadounidense de Arquitectura Interior (IAI) reveló que los empleados que trabajaban cerca de ventanas con entrada de luz natural eran un 15% más productivos que aquellos que no lo hacían. Esta mejora se debe a una combinación de factores: mayor estado de alerta, mejor estado de ánimo, menores tasas de fatiga ocular y una percepción del tiempo más positiva.

Además, la luz natural mejora la visibilidad y reduce la necesidad de iluminación artificial durante el día, lo que también contribuye a la reducción de errores y accidentes laborales, especialmente en tareas que requieren precisión visual. De ahí la importancia de maximizar la entrada de luz natural, ya que repercute en el bienestar de los empleados (y reduce la tasa de absentismo laboral), mayor productividad y una importante reducción de recursos energéticos. Todo ello, revierte, como es de esperar, en beneficios económicos evidentes para las empresas.

Hace unos meses publicamos un artículo sobre el nuevo acercamiento neuronal de la arquitectura y cómo los espacios laborales influyen directamente en el estado de los trabajadores.

Parece una obviedad pero quizás sea necesario recordar que los espacios luminosos, abiertos y bien ventilados promueven sensaciones de calma, motivación y claridad mental. En particular, la luz natural ha sido asociada con la liberación de serotonina, un neurotransmisor que influye positivamente en el estado de ánimo y en la estabilidad emocional.

Cuando los trabajadores se sienten conectados con el exterior —por ejemplo, a través de ventanas que permiten ver el cielo, la vegetación o la ciudad— tienden a sentirse más inspirados y satisfechos con su lugar de trabajo. Esta conexión visual con el mundo exterior, facilitada por la luz natural, también contribuye a reducir la sensación de monotonía y encierro que, a menudo, se experimenta en oficinas cerradas.

Recursos arquitectónicos para integrar la luz natural en las oficinas

Para aprovechar al máximo los beneficios de la luz natural, es esencial incorporar principios de diseño arquitectónico que prioricen la entrada de luz solar. A través de las imágenes que hemos utilizado para ilustrar este post, hemos venido comentado algunos de estos recursos.

1. Lucernarios

Muchas oficinas se construyen sobre edificaciones preexistentes, es decir, no se trata de un edificio de oficinas con fachada acristalada que proporciona luz a todo el perímetro. Cuando se hacen reformas o rehabilitaciones sobre edificios industriales, por ejemplo, en estos dos oficinas, un recurso habitual son los lucernarios que permiten la entrada de luz cenital.

2. Patios interiores

Una solución muy de la arquitectura mediterránea es recuperar los patios interiores de una edificación preexistente o, en el caso de nueva construcción, crear un patio alrededor del cual se organicen las diferentes zonas de la oficina. La arquitectura popular es muy sabia, y este recurso en climas cálidos permite además refrescar el ambiente, creando un flujo de ventilación natural.

3. Tabiques de vidrio

Sin duda, uno de los recursos de la arquitectura de interiores más utilizados en las oficinas modernas: los tabiques de vidrio de seguridad. El vidrio aporta luminosidad, aislamiento térmico y acústico, y tiene una gran resistencia al impacto y al cambio climático. Otra razón por la que el vidrio es tan popular es por su ductibilidad, ya que se pueden crear paneles pulidos, curvos, reflectantes o de colores, lo que enriquece enormemente las posibilidades de efectos visuales en elementos arquitectónicos de vidrio.

4. Elementos acristalados

No solo los tabiques o paramentos verticales son susceptibles de ser acristalados; también otros elementos, como escaleras, barandillas, cabinas, etc. Por ejemplo, esta oficina tendría un aspecto completamente diferente si se hubiese elegido un pretil opaco o de otro material. La sensación de amplitud y la transversalidad de los diferentes planos, sin duda, habrían sido otras.

La luz natural es mucho más que un elemento estético en el diseño de oficinas: es un recurso vital que influye directamente en la salud, el ánimo y el desempeño de los trabajadores. Incorporarla adecuadamente en los espacios laborales representa una inversión estratégica en capital humano.

Fotos: OfficeSnapShot