¡Vuelve el terrazo! Aunque por lo general lo asociamos a la estética de los años 60 y 70, el terrazo es una técnica de solado que surgió en Venecia entre los siglos XV y XVI y que, cada cierto tiempo, renace y vuelve a ponerse de moda. Tras años de cierto abandono después de su último boom, el terrazo retoma una posición privilegia en los interiorismos modernos y cada vez es más frecuente que lo veamos en viviendas y oficinas.
Origen veneciano
El terrazo, conocido también como “seminato di marmo” o “terrazza veneciana”, es un material 100% ecológico, no solo porque su materia prima es orgánica (mármol, granito, arcilla, etc.), sino también porque proviene de la reutilización y aprovechamiento de los sobrantes de la piedra. En efecto, los marmolistas de la época aprovechaban los trozos sobrantes de la construcción de los palazzi, que mezclaban con una base arcilla y mezclaban con leche de cabra, para pavimentar el exterior de sus propias casas. Una vez fraguado y seco, se pulía la superficie hasta que adquiría un sorprendente brillo marmóreo.
Terrazo continuo y baldosas de terrazo
Hay muchas fórmulas y maneras de aplicar el terrazo, ya que es un trabajo muy artesanal que implica la selección de los guijarros, su colocación sobre la base de cemento con un diseño más o menos geométrico o aleatorio, pero manteniendo una cierta armonía.
El terrazzo palladiano es el sistema de aplicación a la vieja usanza, in situ, del terrazo continuo: se aplica una capa de cemento, se introducen los guijarros o piezas de mármol o granito, se cubre con otra capa fina de cemento y se pule. Como es de esperar, este sistema es el más costoso, ya que requiere una mano de obra experta que sepa trabajar el terrazo. Además, pulir la superficie puede resultar especialmente engorroso ya que el cemento levanta un fino polvo que cubre todo a su alrededor.
Por esta razón es cada vez más frecuente encontrar baldosas de terrazo, cuya instalación es mucho más fácil y económica.
Diseños y aplicaciones
Si bien los suelos son el origen y la aplicación más común del terrazo, en la actualidad lo podemos encontrar en muy diversas aplicaciones: paredes, bancos, lavabos, encimeras, e incluso, en piezas ornamentales como bandejas, jarrones o macetas.
Una de las características del terrazo es que cada aplicación es única, sobre todo si hablamos de terrazo continuo colocado in situ. Al ser un trabajo artesanal, no hay un pavimento igual que otro, ya que los guijarros o trozos de mármol son siempre piezas únicas. Por esta razón, el terrazo se puede personalizar y adaptar a cada proyecto de interiorismo.
El terrazo puede aplicarse en el exterior sin ningún problema, aunque es preferible que la superficie sea rugosa y no esté demasiado pulida, ya que se puede resbalar. En climas cálidos, es un material muy utilizado porque se mantiene fresco todo el día y no absorbe los rayos de sol ni acumula calor. Por el contrario, en climas fríos y húmedos resulta más bien poco adecuado por frío y resbaladizo.
Ventajas del terrazo
Son muchas las ventajas del terrazo, además de ser un material sumamente decorativo y tener un precio realmente interesante en comparación con otros revestimientos. Es especial apto en oficinas, porque reúne una serie de ventajas:
Durabilidad: El terrazo es conocido por su durabilidad y resistencia a la abrasión. Es capaz de soportar el desgaste diario y el tráfico pesado sin mostrar signos de desgaste excesivo.
Versatilidad estética: Como comentamos, el terrazo ofrece una amplia gama de opciones de diseño. Puede personalizarse mediante la combinación de diferentes colores y tamaños de agregados pétreos, lo que permite crear diseños únicos y adaptarse a una variedad de estilos arquitectónicos.
Fácil mantenimiento: Aunque el terrazo puede requerir un sellado periódico para mantener su brillo y resistencia, generalmente es fácil de limpiar y mantener. Con un cuidado adecuado, puede conservar su apariencia durante muchos años.
Resistencia a manchas y productos químicos: Al ser un material pétreo, el terrazo es inherentemente resistente a las manchas y a muchos productos químicos comunes, lo que lo hace adecuado para su uso en áreas donde puedan ocurrir derrames frecuentes, como cocinas y baños.
Hipoalergénico: A diferencia de las alfombras u otros revestimientos de suelo que pueden atrapar polvo, ácaros y alérgenos, el terrazo es una superficie sólida y fácil de limpiar, lo que lo convierte en una opción más higiénica para personas con alergias.
Sostenibilidad: El terrazo se puede considerar un material 100% sostenible, ya que está compuesto de materiales reciclados y es duradero, lo que reduce la necesidad de reemplazo frecuente y la generación de residuos.
Buena conductividad térmica: El terrazo tiende a mantener una temperatura constante, lo que lo hace cómodo de pisar en cualquier época del año.
No hay duda de que el terrazo aún le espera una larga vida.