En el informe elaborado por Limobel Inwo, se menciona el concepto de “hotelización” de las oficinas, un fenómeno que nace como consecuencia de la necesidad de convertir los espacios laborales en sitios de encuentro que fomenten la construcción de relaciones profesionales y personales.
En este post queremos profundizar más en este concepto que proviene del inglés “hospitality”, que busca fidelizar a los empleados y a la vez atraer a nuevos talentos, promoviendo un entorno que priorice el bienestar, la comodidad y la interacción social.
De forma circular, los hoteles se inspiran en el residencial para convertir espacios impersonales en auténticos “hogares”, donde el usuario se sienta cómodo en un entorno familiar. De ahí la transversalidad, cada vez más patente, que encontramos entre los proyectos residenciales, los hoteles y las oficinas. Las fronteras se difuminan para crear espacios de oficina ambivalentes que bien podrían pertenecer a una casa o a un hotel con servicios de lujo.
¿Hotel u oficina?
Está constatado que los espacios laborales que cuentan con características propias de un hotel o una casa son un activo muy positivo para sus trabajadores que, finalmente, hacen que la empresa sea más rentable y productiva.
El foco se pone también en crear entornos que reflejen la cultura corporativa de una manera que genere sentido de comunidad entre los empleamos. Los espacios de trabajo se convierten en lugares donde la identidad de la empresa se vive y se respira a través de cada detalle, desde áreas de trabajo compartidas hasta salas de relajación que invitan a la interacción informal y fortalecen los lazos entre colegas.
Personalizar los espacios
Incorporar en determinadas zonas elementos decorativos que no hagan referencia a la empresa, sino que enfatice un gusto de los trabajadores es una estrategia que acerca al usuario a entornos domésticos familiares y, por ende, descontextualiza el espacio de oficina.
De esta manera, el empleado puede incluso colaborar en la decoración aportando ideas u objetos a estos espacios comunitarios para hacerlos más suyos. Integrar a los empleados en la toma de decisiones sobre el diseño de espacios es una manera de ofrecer soluciones verdaderamente adaptadas a sus necesidades y expectativas.
Salones como en casa
Las estrategias de workhospitality se reflejan en áreas comunes flexibles, salas de estar que invitan al relax y al intercambio informal, así como servicios premium que mejoren la experiencia diaria de los empleados.
Las zonas comunes tienden a estar diseñadas con el confort y el detalle de una casa o un hotel. Ya no se trata solo de amueblar funcionalmente el espacio. Es imprescindible que transmita cercanía y familiaridad, a la vez que proporciona un alto nivel de diseño. La elección de mobiliario de diseño, ya sea contemporáneo o con piezas clásicas del sXX, es un manifiesto explícito de intencionalidad por parte de la empresa: “somos diseño y usamos diseño”.
Quiero esa cocina
En los entornos laborales modernos sorprende cómo una pieza tan doméstica como la cocina adquiere una relevancia vital en el concepto global del proyecto. En las últimas décadas, hemos asistido a la reconversión total de la cocina, la cual ha ido escalando posiciones desde el fondo de la vivienda hasta alcanzar la zona noble, desplazando al comedor y compartiendo espacio con el salón.
Ahora nadie duda de que la cocina es el corazón social y vital de la casa, y este mismo sentimiento se ha querido trasladar a las oficinas, dotando a estos espacios no solo de mobiliario de excelente factura y calidad, sino de una posición privilegiada que congrega a los trabajadores alrededor de un acto comunal, como es la alimentación.
Espacios flexibles
Esta tendencia se traduce en la creación de edificios de oficinas que transcienden la funcionalidad básica para incluir espacios versátiles que fomenten la interacción y el bienestar. Esto implica el diseño de áreas comunes amplias y flexible que pueden ser reconfiguradas para diferentes usos, desde eventos corporativos hasta sesiones de trabajo colaborativo o zonas de descanso.
Ambientes inspiradores
El diseño emocional tiene un papel vital para crear ambientes con alma que transmitan sensibilidad y emociones. Incorporar elementos originales e impactantes, a través, de piezas de diseño, obras de arte o murales decorativos, genera en el usuario una reacción positiva y la convicción de encontrarse en un lugar único en el mundo. Apela, pues, a los sentimientos de unicidad y exclusividad que desea transmitir la empresa a su comunidad de trabajadores.
Y siempre, la biofilia
La inclusión de elementos naturales, como jardines verticales o patios interiores, y la maximización de la luz natural se convierten en aspectos claves para promover un ambiente de trabajo amigable y estimulante.
De ahí la creciente necesidad de incorporar áreas dedicadas al bienestar y la relajación, al estilo de las zonas de spa en los hoteles, para promover la salud mental y física de los empleados.
Todos los puntos anteriores son algunas claves que se encaminan a la hotelización y domesticación de los espacios laborales, que los aleja de la concepción tradicional de oficina, para dotarlos de nuevas cualidades y características que los haga más apetecibles al usario. Porque, al fin y al cabo, se trata simplemente de eso: atraer talentos y fidelizar a los trabajadores.