El poder de los elementos gráficos en el entorno laboral: más allá de la decoración
En nuestro blog Inspiring hemos hablado de muchos temas relativos al entorno laboral: mobiliario, ergonomía, sostenibilidad, salud, iluminación, colores, distribución… No obstante, hay un tema en el que queremos profundizar que muchas veces se considera secundario o meramente decorativo: los elementos gráficos.
Los elementos gráficos comprenden todo el sistema de comunicación a través de signos (lingüísticos o numéricos), iconos e imágenes que transmiten una información o mensaje determinado. Su utilización amplifica la imagen corporativa de la empresa y se han convertido en un recurso muy utilizado y sumamente efectivo para transmitir una idea determinada de la marca. Aquí analizaremos algunos de esos recursos aplicados a diferentes propósitos.
El logo lo es todo
El primer y más importante signo gráfico que define un espacio laboral es el logo de la empresa, que generalmente se encuentra en la entrada, pero también puede estar salpicado en lugares estratégicos. El logo es la piedra angular de la “imagen de marca” a partir de la cual se elabora el resto de los soportes gráficos: papelería, señalética, web, newsletters y todos los canales visuales. Cada empresa establece un protocolo de uso para su logo (tipos de formatos, colores, dimensiones, etc.), pues es clave para el inmediato reconocimiento de la empresa. El éxito del logo, según los preceptos formales, depende de varios factores: se debe leer/entender en todo tipo de tamaño; tiene que ser reproducible en cualquier soporte material; debe ser escalable (hacerse grande o pequeño sin perder la identidad que lo define); ser distinguible y no dar lugar a confusiones y, sobre todo, debe perdurar en la memoria visual del usuario.
No obstante, aquí pretendemos hacer un análisis semiótico de la utilización de los logos. Lo que nos interesa es dar algunos ejemplos de cómo un logo, situado estratégicamente, ofrece un mensaje añadido a la interpretación del logo por sí mismo. Y este es el caso de nuestro primer ejemplo, el de las oficinas de 51 World en Shanghai, una empresa de alta tecnología y digitalización para empresas y gobiernos, que trabaja en el metaverso. De ahí que no sea casual que el logo en grandes letras iluminadas con luz blanca sobrevuele un “cielo” negro, simulando una nave espacial sobre el infinito fondo del universo. Queda meridianamente clara la intención de la empresa, que sobrepasa los límites del mundo terrestre y se dirige hacia horizontes inexplorados (y virtuales) en una potente nave.
Logos en relieve
Hay tantas variaciones sobre la colocación del logo en la entrada de una empresa, como empresas hay. Pueden ser impresas sobre superficies lisas, proyectadas en pantallas, retroiluminadas o colocadas en relieve, que es el caso de estas dos empresas. En la imagen superior encontramos el logo de Charlston Morris, una empresa inglesa de servicios de contratación, que ha colocado las letras iluminadas de su elegante logo suspendido tras unas cortinas de tela negra, gracias a unos perfiles metálicos negros casi imperceptibles. Un efecto muy escenográfico que destaca especialmente el nombre de la empresa.
En la otra imagen, entramos en la oficinas de JFrog en Tel Aviv, una empresa de tecnológica de desarrollo de softwares. De frente a la entrada, un gran logo en bajorrelieve da la bienvenida al visitante. Sobre el panelado de madera, se ha silueteado a láser el perfil del logo, con relleno interior en color marrón. En este caso, el logo va acompañado de un icono (la corona) que nos remite al sapo (frog) convertido en príncipe.
Logo acompañado de “claim”
En las últimas décadas se ha impuesto el claim, una frase reclamo que complementa al logo y define la empresa, no solo su actividad, sino su filosofía. La tipografía elegida también tiene atributos connotativos, es decir, transmite una intención o ideología.
Imagen superior: otro ejemplo de logo en relieve y con retroiluminación, pero que además, se completa con un claim, slogan o frase motivadora. “The Brain Embassy” es el logo de estas oficinas de coworking en Tel Aviv, que va acompañado de la frase “Be Smarter Together”, que implica una declaración de principios muy apropiada para un coworking. En este caso, se trata de una tipología personalizada, con letras versales en diferentes tamaños y grafías informales, que denota un espacio juvenil, fresco y creativo.
Imagen inferior: la entrada de esta oficina de la banca Raiffeisen en Kiev cuenta con un aglomerado de elementos gráficos que describen, de un solo vistazo, la empresa: logo, nombre escrito, claim, iconos, señalización y todo tipo de indicaciones. Desde luego, la imagen que proyecta se aleja bastante de los bancos tradicionales: es un espacio moderno, juvenil y digitalizado.
Mensajes motivacionales
Forman ya parte de la cultura empresarial dentro de una oficina: los mensajes motivacionales se pusieron de moda hace unos años e invadieron todos los ámbitos, desde nuestras casas (en tazas, cuadros, felpudos, etc.), restaurantes, tiendas y oficinas. Los mensajes son variados y emitidos desde diferentes puntos enunciativos: en ocasiones son citas célebres, que obligan a una decodificación más reflexiva. Otras veces son frases que reflejan la filosofía de la empresa, la conducta correcta o actitud adecuada que se espera de su personal. Y muy frecuentes son las frases sin más pretensión de crear un estado de ánimo positivo y alegre. Para cada tipo de frase se elige un lugar y una tipología adecuada, con el fin de que el mensaje llegue de forma más directa y genere un impacto emocional en el trabajador.
Señalética indicativa
La señalética es un sistema cerrado de signos que sirve para la orientación y guía de los usuarios dentro de un espacio. Esto se puede hacer de múltiples formas, pues es una disciplina compleja en la que interviene el diseño, la lingüística, la semiótica y la neurología, para profundizar sobre las diversas formas de entendimiento (codificación y decodificación de los mensajes). La forma más tradicional es a través de flechas, iconos y cartelas indicativas. No obstante, el interiorismo de oficinas ha encontrado en el diseño gráfico todo un filón de ideas nuevas que resuelven varios problemas a la vez. Se amplifica la señalética con grandes letras indicativas de usos de los espacios que, además, se convierten en parte del diseño del espacio. Es una fórmula muy efectiva de identificar un espacio y a la vez, agregar ese punto de diseño y modernidad tan anhelado.
Señalética connotativa
Este sistema iconográfico cumple una doble función: utilizando signos y grafía, sirve para indicar la dirección o posición del usuario, agregando un mensaje intencionado a la situación. Así, vemos en estos dos ejemplos, cómo se utiliza una frase motivacional para indicar la dirección de los ascensores (Don’t back down frente The only way is up) o, en la otra imagen, se sustituye la indicación de “Sala de reuniones” por una frase imperativa (Let’s Meet) que anima a la reunión. El recurso de utilizar frases asertiva o imperativas en sustitución del sustantivo que indica la locación es muy habitual en las oficinas modernas, donde se propicia el espíritu emprendedor, cooperativo y creativo de los trabajadores a través de estímulos visuales y dialécticos.
Señalización numérica
Los números o cifras también pueden ser utilizados tanto para señalizar como para crear significados iconográficos, como en el caso de la cabina o boot para hacer llamadas, tan extendidas en las nuevas oficinas modernas. En este caso, el teclado un móvil sustituye al término por medio de una representación iconográfica muy reconocible. En el otro caso, la función numérica es común, ya que señaliza el número de cabina, pero con una intencionalidad: que el diseño y la tipografía favorezcan el conjunto con un efecto moderno y actual.
Elementos iconográficos
En muchas ocasiones, la mera visualización de un símbolo, signo o icono ayuda al usuario a ubicarse y, además, transmite un significado, idea o mensaje. Las representaciones iconográficas, sin apoyo textual, son muy efectivas, pero no siempre son sencillas de interpretar, por lo que el signo debe ser lo más directo y reconocible posible. Lo encontramos, por ejemplo, en esta sala multiusos (imagen superior), donde en una de las columnas se creó un rincón con dos puestos y se ilustró con una bombilla, un signo no convencional (es decir, que no pertenece a un sistema cerrado de signos ya estructurado, como el braile o el lenguaje de los sordomudos), pero que sí ha adquirido socialmente y de forma natural un significado determinado: pensar, tener una idea, discurrir… De hecho, está relacionado con la expresión popular “se me encendió la bombilla”. En el caso de la imagen inferior, se trata de una sala de talleres creativos dentro de las oficinas de Lego. El dibujo reemplaza la palabra “taller” o “sala creativa” a través de un icono muy reconocible de marca Lego, que sujeta un enorme lápiz.
En general, toda la señalética iconográfica, sin apoyo textual (es decir, no acompañada de frases o palabras) resuelve muy bien ciertas actividades, funciones o locaciones, aunque es cierto que a veces los diseños demasiado elaborados tienden a interpretaciones más abiertas y equívocas.
Fotos: Limobel Inwo y OfficeSnapShot