Detrás de cada diseño icónico del siglo XX hay una historia fascinante, que incluye ingredientes como la amistad, el amor o la pasión. En el caso de la silla BKF, también conocida como Butterfly o silla Mariposa, todo empezó en París, cuando coincidieron en el estudio de Le Corbusier un catalán y dos argentinos: Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy.

Tras el estallido de la Guerra Civil, Antonio Bonet se unió en Argentina con sus dos compañeros. Con una amplia formación como arquitectos y diseñadores, juntos crearon el Grupo Astral, un colectivo de arquitectos que tuvieron gran influencia en el urbanismo latinoamericano de la primera mitad del siglo XX.
Silla Tripolina, inspiración de la silla BFK
La silla BKF fue creada en 1938 y lleva las siglas de los apellidos de sus creadores. Claramente está inspirada en la silla Tripolina, un asiento militar plegable de madera y lona patentado en 1877 por el inglés Joseph Fenby y utilizado por el ejército italiano en África del Norte. La diferencia clave en la BKF fue la sustitución de la estructura de madera por un sistema de tubos de metal, permitiendo su producción industrial y mayor resistencia.
Un diseño sencillo y funcional
La silla está compuesta por tubos de hierro de 12 mm doblados con dos puntos de soldadura, en tanto que la funda es de cuero natural con cuatro bolsillos que encajan en la estructura metálica, una clara manifestación de su origen argentino, cuya tradición en trabajos de talabartería es reconocida mundialmente.
Además de en cuero natural, se puede adquirir en negro, marrón verdoso, óxido y blanco perlado.
La silla BKF puede utilizarse tanto en interiores como exteriores. Su diseño liviano y escultural, similar al de una hamaca, le permite fusionarse con diversos estilos de decoración sin perder su identidad.
Su diseño representa los principios del Movimiento Moderno, que se pueden resumir en tres puntos: su síntesis constructiva, su libertad funcional y su estética atemporal.
Del éxito al plagio en una década
El sillón BKF obtuvo, en 1940, el Premio de la Comisión Nacional de Cultura y el Primer Premio de la Comisión Nacional de Bellas Artes. En 1943, ganó el primer premio del Salón de Decoradores.
Al año siguiente, en 1944, pasó a formar parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), gracias al arquitecto Edgar Kaufman que además adquirió una segunda unidad para la “Casa de la Cascada” diseñada por el Arquitecto Frank Lloyd.
En 1947, la empresa Knoll International adquirió los derechos de producción y la comercializó como Butterfly Chair hasta 1951, cuando cesó su fabricación debido a la escasez de acero.
La falta de una patente sólida permitió que la silla fuera replicada masivamente. En los años 50, solo en Los Ángeles se producían aproximadamente 3.000 unidades por semana bajo nombres como African Chair, Hardoy Chair y Flutterby.
En una carta a Edgar Kaufmann, Ferrari Hardoy expresó su frustración porque los diseñadores originales solo habían recibido $ 11,37 en regalías por su creación.
Fabricación actual
Hoy en día, la silla sigue se sigue fabricando de forma artesanal, y son varias empresas argentinas y una española las que la producen en diversas versiones.
En España, Isist Atelier es la única empresa en el mundo que la produce con fidelidad certificada por la familia de Antonio Bonet y el Museu del Disseny de Barcelona.
Cada pieza es numerada y firmada, utilizando cuero argentino curtido 100% vegetal y una estructura de hierro duradera. La producción artesanal toma aproximadamente tres días por unidad, asegurando su calidad y exclusividad.
Un diseño icónico del siglo XX
La silla BKF es una de las creaciones más importantes del diseño industrial del siglo XX. Su diseño innovador, su impacto en la cultura pop y su presencia en museos de renombre han convertido esta silla en un objeto de culto y un símbolo del diseño argentino a nivel mundial.
Es una lástima que sus creadores no pudieran beneficiarse económicamente de su éxito, pero su legado y reconocimiento sigue vigente en la historia del diseño moderno.